Objetos supuestamente malditos que están en museos
Objetos supuestamente malditos que están en museos
Imagen referencial
En distintos museos del mundo existen piezas que no solo llaman la atención por su valor histórico o estético, sino porque se dice que están envueltas en un halo de misterio y mala suerte. Algunos visitantes y trabajadores aseguran haber experimentado sucesos extraños cerca de estos objetos, lo que ha alimentado su fama de “malditos”.
La muñeca Annabelle – Museo Warren, Estados Unidos
Probablemente uno de los objetos malditos más famosos. Annabelle es una muñeca de trapo resguardada en el museo de ocultismo de los Warren. Según los investigadores, esta muñeca estaría poseída por un espíritu maligno y ha sido vinculada a varios accidentes y sucesos paranormales.
La “Silla Maldita” de Busby – Museo de Yorkshire, Inglaterra
Esta silla perteneció a Thomas Busby, un hombre condenado a muerte en el siglo XVIII. La leyenda dice que quien se sienta en ella sufrirá un destino trágico. Hoy en día, la silla está colgada en lo alto de una pared del museo para que nadie pueda usarla.
La muñeca Okiku – Templo Mannenji, Japón
Aunque no está en un museo tradicional, la muñeca Okiku es exhibida en un templo como si lo fuera. Se cuenta que su cabello crece de manera inexplicable y que alberga el espíritu de una niña fallecida. Incluso científicos han confirmado que el cabello es humano.
El diamante Hope – Museo Smithsonian, Estados Unidos
Conocido como uno de los diamantes más bellos y valiosos, también es famoso por la supuesta maldición que acompaña a sus dueños. Varios de ellos sufrieron tragedias, ruinas económicas y muertes inesperadas.
La máscara africana “maldita” – Museo Británico, Londres
Algunos trabajadores del museo aseguran haber sentido una extraña energía al estar cerca de ciertas máscaras tribales. Una de ellas, en particular, ha sido relacionada con desmayos y malestares de los visitantes.
Ya sea producto de la sugestión, coincidencias o algo más allá de lo explicable, estos objetos continúan despertando curiosidad y temor en quienes los observan. ¿Te atreverías a visitarlos?
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