Plantas que “sangran” o parecen tener vida propia – curiosidades botánicas sorprendentes.

El espacio no es un lugar tan limpio como imaginamos: durante décadas, misiones humanas y robóticas han dejado objetos pequeños flotando —y algunos de ellos todavía dan vueltas alrededor de la Tierra. Aquí repasamos los objetos más curiosos y pequeños que se han perdido en el espacio, por qué suceden estas pérdidas y qué implicaciones tienen para las misiones futuras.
En realidad no se trata de grandes piezas de equipo (aunque también ocurren), sino de pequeños elementos: herramientas, guantes, bolsitas, cámaras pequeñas, incluso tornillos. Muchas pérdidas ocurren durante paseos espaciales (EVAs) o cuando un objeto queda mal sujeto en el exterior de una cápsula o en la bodega de carga.
Las herramientas específicas para EVAs o mantenimientos (llaves, destornilladores adaptados) han sido reportadas como "extraviadas" al soltarse durante maniobras.
Se han registrado guantes que se desprendieron en paseos espaciales o pequeños accesorios que flotaron fuera del módulo.
Durante la Estación Espacial Internacional (EEI) y misiones anteriores, se han registrado bolsas selladas que, por accidente, quedaron fuera y pasaron a órbita.
Cámaras portátiles y soportes que se usan para filmar experimentos o vistas panorámicas a veces se han soltado.
Tornillos y pequeñas tapas plásticas son de los más comunes en el catálogo de basura espacial.
En misiones se han perdido estuches o bolsitas con equipo de uso cotidiano; su tamaño y forma los hace flotar como pequeñas "bolsas" en órbita.
Entre anécdotas documentadas, hay casos en que cámaras pequeñas acopladas a trajes o plataformas quedaron a la deriva y siguieron orbitando durante años. Otro caso famoso fue el de herramientas que se soltaron durante un mantenimiento y que posteriores maniobras de la EEI tuvieron que esquivar en sus planes por considerar el riesgo de impacto.
Aunque el objeto sea pequeño, a velocidades orbitales (7-8 km/s en órbita baja) cualquier fragmento puede producir un daño catastrófico a satélites o a la EEI. Por eso se monitorea la basura espacial y se intentan seguir trayectorias de objetos peligrosos.
Recuperar un objeto pequeño en órbita es muy difícil y costoso. Las opciones incluyen:
Objetos pequeños que reingresan suelen desintegrarse por el calor; solo piezas muy resistentes o con tamaños mayores pueden alcanzar la superficie. De todas formas, la mayor parte de la "basura" en órbita baja permanece allí por años o décadas según su altitud.
Los objetos más pequeños que se han perdido en el espacio —herramientas, bolsas, guantes y tornillos— son recordatorios de que incluso lo aparentemente inofensivo puede convertirse en un riesgo a escala orbital. Las lecciones aprendidas han mejorado procedimientos y diseño, pero con la creciente actividad espacial civil y comercial, la gestión de pequeños objetos perdidos seguirá siendo una prioridad para mantener el espacio seguro y utilizable.
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