Plantas que “sangran” o parecen tener vida propia – curiosidades botánicas sorprendentes.

El mundo de la gastronomía está lleno de sorpresas. Algunas comidas parecen sacadas de una película de terror o ciencia ficción, pero son auténticas y forman parte de la tradición cultural en distintas partes del planeta. A continuación, te mostramos algunos de los platillos más extraños y difíciles de creer que existen realmente.
Originario de Cerdeña (Italia), este queso de oveja fermenta gracias a larvas de mosca vivas que descomponen la grasa, creando una textura cremosa. Aunque es considerado un manjar local, está prohibido en muchos países por razones sanitarias. Se dice que su sabor es fuerte, picante y muy diferente a cualquier otro queso.
Popular en Filipinas y Vietnam, el balut es un huevo de pato fertilizado con el embrión parcialmente desarrollado en su interior. Se cocina hervido y se consume directamente de la cáscara. Para algunos es una fuente de proteína muy nutritiva, mientras que para otros resulta imposible siquiera mirarlo.
En Islandia existe el hákarl, carne de tiburón fermentada durante meses para eliminar sus toxinas. Su olor a amoníaco es tan fuerte que los visitantes rara vez logran comerlo, aunque para los islandeses es un platillo tradicional.
En Colombia, especialmente en Santander, se consumen hormigas culonas fritas o tostadas. Son crujientes, ricas en proteínas y consideradas un snack exótico y afrodisíaco.
En algunos países de Asia se elabora una bebida alcohólica llamada vino de serpiente, donde se maceran serpientes venenosas enteras dentro de botellas de licor. Se cree que esta bebida tiene propiedades medicinales.
Lo que para unos puede parecer repulsivo, para otros es un auténtico manjar cargado de tradición y cultura. Estas comidas “imposibles” nos muestran lo diverso que puede ser el mundo gastronómico y cómo la percepción de lo que es comestible depende mucho de dónde nacemos y crecemos.
Comentarios
Publicar un comentario